lunes, 23 de enero de 2012

Cállate


Cállate le decían una y otra vez. Todos, al mismo tiempo o uno a uno. Cállate le decían y él se ponía a explicar la razón de que fuera imparable hablando: Fíjate que sí quisiera porque me cansa a mi mismo hablar todo el tiempo y sin parar lo que sucede es que tengo seguramente un problema en el área de Broca donde habrá un desequilibrio sistémico o tal vez un tumor o un cáncer no lo sé exactamente pero de seguro es cualquiera de esas cosas y eso no es lo peor lo peor es que desde el inicio de la humanidad los hombres pensaban que había alguien dentro suyo que les hablaba y luego pensaron que eran los dioses o el dios y en realidad era el área de Wernicke que hace que hablemos con nosotros mismos y es el que nos da conciencia además de inteligencia por eso es tan difícil callar a uno como yo porque en realidad puedo cerrar la boca pero por dentro sigo hablando hasta quedar exhausto y quedarme dormido y aun así en sueño me sigo hablando y les sigo hablando y no importa que ya te haya hartado es algo que escapa a mi voluntad aunque saques esa cuarenta y cinco y me dispares seguiré hablando aunque quede bocarriba como idiota te digo que desde muy al principio de la humanidad pensaban que esta vocecita era algo ajeno a quien lo poseía y eso escapa a mi así que ahora qué voy a hacer aquí tirado en la calle y viendo cómo se va apagando la luz del sol para que aparezca esa otra luz más brillante y todos estos ¿seres? que me dicen al unísono y cada uno de ellos Cállate